-
Entradas recientes
Comentarios recientes
misionfranciscanabon… en Evangelio y homilía de la Sole… misionfranciscanabon… en Homilía del miércoles, no he v… misionfranciscanabon… en Homilía del jueves. El demonio… Lecturas y homilía d… en 19 de julio. Hermana María Gracie… en Misa san Expedito y entronizac… Archivos
- May 2024
- abril 2024
- marzo 2024
- febrero 2024
- enero 2024
- diciembre 2023
- noviembre 2023
- octubre 2023
- septiembre 2023
- agosto 2023
- julio 2023
- junio 2023
- May 2023
- abril 2023
- marzo 2023
- febrero 2023
- enero 2023
- diciembre 2022
- noviembre 2022
- octubre 2022
- septiembre 2022
- agosto 2022
- julio 2022
- junio 2022
- May 2022
- abril 2022
- marzo 2022
- febrero 2022
- enero 2022
- diciembre 2021
- noviembre 2021
- octubre 2021
- septiembre 2021
- agosto 2021
- julio 2021
- junio 2021
- May 2021
- abril 2021
- marzo 2021
- febrero 2021
- enero 2021
- diciembre 2020
- noviembre 2020
- octubre 2020
- septiembre 2020
- agosto 2020
- julio 2020
- junio 2020
- May 2020
- abril 2020
- marzo 2020
- febrero 2020
- enero 2020
- diciembre 2019
- noviembre 2019
- octubre 2019
- septiembre 2019
- agosto 2019
- julio 2019
- junio 2019
- May 2019
- abril 2019
- marzo 2019
- febrero 2019
- enero 2019
- diciembre 2018
- noviembre 2018
- octubre 2018
- septiembre 2018
- agosto 2018
- julio 2018
- junio 2018
- May 2018
- abril 2018
- marzo 2018
- febrero 2018
- enero 2018
- diciembre 2017
- noviembre 2017
- octubre 2017
- septiembre 2017
- agosto 2017
- julio 2017
- junio 2017
- May 2017
- abril 2017
- marzo 2017
- febrero 2017
- enero 2017
- diciembre 2016
- noviembre 2016
- octubre 2016
- septiembre 2016
- agosto 2016
- julio 2016
- junio 2016
- May 2016
- abril 2016
- marzo 2016
- febrero 2016
- enero 2016
- diciembre 2015
- noviembre 2015
- octubre 2015
- septiembre 2015
- agosto 2015
- julio 2015
- junio 2015
- May 2015
- abril 2015
- marzo 2015
- febrero 2015
- enero 2015
- diciembre 2014
- noviembre 2014
- octubre 2014
- septiembre 2014
- agosto 2014
- julio 2014
- junio 2014
- May 2014
- abril 2014
- marzo 2014
- febrero 2014
- enero 2014
- diciembre 2013
- noviembre 2013
- octubre 2013
- septiembre 2013
- agosto 2013
- julio 2013
- junio 2013
- May 2013
- abril 2013
- marzo 2013
- febrero 2013
- enero 2013
- diciembre 2012
- noviembre 2012
- octubre 2012
- septiembre 2012
- agosto 2012
- julio 2012
Categorías
Meta
Más fotos de ayer
Publicado en Uncategorized
Deja un comentario
28 de septiembre Dedicación iglesia san josé y consagracion del Templo
Publicado en Uncategorized
Deja un comentario
23 de septiembre.
Lecturas del Domingo 25º del Tiempo Ordinario – Ciclo B
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):
Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones,nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 53,3-4.5.6 y 8
R/. El Señor sostiene mi vida
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R/.
Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R/.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,16–4,3):
Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se entera se, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»
Palabra del Señor
_______________________________________
Homilía domingo XXV durante el año B
Se cuenta que el emperador Napoleón, hacia el final de su carrera, pero antes de su caída, después de haber ejercitado en el curso de su vida una buena dosis de poder, confió a unos de sus generales la siguiente reflexión: «Savez-vous ce qui me surprend le plus dans le monde? – C’est l’incapacité qu’a la force de créer quoi que ce soit. En fin de compte l’épée est toujours vaincue par l’esprit.» « ¿Sabes lo que más me sorprende en el mundo? –Es la incapacidad que tiene la fuerza de crear algo. Al fin de cuentas la espada es siempre vencida por el espíritu.»
Antes y después de él, muchos han hecho la misma constatación. Y sin embargo, es sorprendente constatar toda la fascinación que el poder ejerce, sea sobre aquellos que lo detentan (tenerlo sin que corresponda), como de aquellos que lo ejercitan, y hasta sobre aquellos que son víctimas. Los profetas de Israel parecen ser los primeros en la historia de la humanidad en proclamar que el poder no es supremo, que la espada es una abominación, que la violencia es obscena. Y sin embargo fueron necesarios muchos siglos para que esta intuición hiciera su camino y fuese aceptada, aunque lejos está de cumplirse, hoy la violencia sigue generando ganancias y adquisición de poder. La lectura del libro de la Sabiduría, escrito en el siglo segundo antes de Cristo, en un momento en que los hebreos soñaban todavía con una restauración de su poder político, nos da un ejemplo de los efectos morales de una tal sed de poder: «Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida… Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia. Condenémoslo a una muerte infame…»
Santiago, en la segunda lectura, nos pone en guardia contra el mismo peligro y revela la fuente: « ¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros?» Los conflictos entre los hombres provienen siempre de los conflictos que están en el corazón de los individuos, y en último análisis de la sed de poder que es de alguna manera congénita.
Los mismos apóstoles no son inmunes. Tenemos un ejemplo en el Evangelio de hoy. A medida que nos acercamos al final del año litúrgico, los textos evangélicos de los domingos nos hacen presagiar que la muerte de Jesús está próxima. En el texto de hoy encontramos el segundo anuncio de la Pasión. ¿Qué hacen los discípulos inmediatamente después de este anuncio? Es increíble, pero discuten entre ellos a ver quién es el más grande, sin duda este será el primer ministro en el reino instaurado por Jesús, que pronto se proclamará el rey-mesías de Israel. En serio, todavía no han entendido nada. Y lo más trágico es que harán lo mismo después que Jesús haya anunciado una tercera vez su Pasión, justo en la vigilia de su muerte. Es muy difícil abandonar los sueños para aceptar la realidad. Jesús aprovecha para continuar la formación de sus discípulos. Les presenta el ejemplo de un niño. Una característica del niño es no ser importante, y entonces, al menos hasta que las primeras heridas de la vida lo hayan hecho suspicaz o desconfiado para no estar totalmente abierto a todo cuanto le viene dado, de recibir todo como un don, sin acaparar derechos para hacer valer o defender, el niño se coloca en el plano del amor espontáneo y no del derecho.
Está también el nivel del servicio, al cual Jesús exhorta a sus discípulos: «Si uno quiere ser el primero, sea el servidor de todos…» La vida compartida, sea en una casa con diversos familiares, sea en pareja, sea en comunidad parroquial o religiosa, etc., debe estar fundada en el servicio recíproco: ayuda que nos prestamos el uno al otro en el continuar nuestra búsqueda de Dios y nuestra conversión continua, pero que debe expresarse a través de servicios cotidianos de carácter material, muy prácticos.
Llamándonos a prestar servicio los unos a los otros, Jesús nos invita a ponernos en el plano del amor. Cuando, en la comunidad, o en la familia, se comienza a reclamar los propios derechos, se elige un plano diverso de aquél que Jesús eligió. La comunión se construye no con el ejercicio del poder, sino a través del servicio recíproco gratuito, signo del amor que Dios tiene por nosotros y que nos llama a tener los unos por los otros.
Que María nuestra Madre nos acompañe en este domingo e interceda para que podamos ser auténticos servidores y el ocupar el primer lugar sea nuestra preocupación, pero el verdadero el servicio, la donación a Dios y a los hermanos.
Publicado en Uncategorized
Deja un comentario
10.05 se anunció que se repitió el milagro los napolitanos pueden dormir tranquilos
Publicado en Uncategorized
Deja un comentario
19 de septiembre. San Jenaro.
1. (Año II) 1 Corintios 12,31 a 13,13
a) La de hoy es una de las páginas más bellas de san Pablo: su himno a la caridad. Ayer hablaba de los carismas que hay en una comunidad cristiana: carismas variados, que deben tender a la vida y unidad del cuerpo. Hoy expone cuál es el carisma mejor: el amor.
Hablar lenguas y predicar es interesante. Predecir el futuro y conocer a fondo las cosas, admirable. Repartir limosnas, meritorio. Pero todo eso, si no hay amor, sirve de poco.
Incluso la fe y la esperanza, las otras dos virtudes que llamamos «cardinales», con ser tan importantes, lo son menos que el amor. Todo lo demás pasará: sólo el amor durará para siempre. Si amamos, es que hemos llegado a la madurez, dejando atrás las cosas de la niñez.
Pablo entona las alabanzas del amor: es comprensivo, humilde, servicial, no lleva cuentas del mal…
b) ¿Se puede decir que es éste nuestro programa?
Meditemos si en nuestra vida damos esa importancia al amor, a la tolerancia, al buen corazón, a saber perdonar, a construir unidad. Si sabemos poner aceite en las junturas de nuestras relaciones, si nos proponemos hacer el bien a los demás y no nos buscamos a nosotros mismos. Todo lo demás -por muy bien que hablemos y por mucha sabiduría que creamos tener- es «un metal que resuena o unos platillos que aturden».
¡Qué bien conoce Pablo a sus comunidades! No hemos cambiado mucho desde entonces: tenemos las mismas dificultades que en tiempos de Pablo. El sabe que lo difícil es querer bien, saber disculpar, aguantar sin límites, no irritarse fácilmente, no tener envidia. Puede ser que una persona no tenga muchas cualidades humanas de oratoria o dotes de líder. Pero si ama, tiene lo que una comunidad más necesita. Ésa ha conseguido «los carismas mejores».
Haremos bien, hoy, en algún momento sereno, de leer todo el capítulo 13 de la carta a los Corintios, en primera persona, aplicando este hermoso canto de Pablo a nuestra propia vida y anticipando de algún modo el juicio final al que nos convocará Dios y que, según Jesús, será sobre si hemos dado de comer, si hemos visitado a los que se encontraban solos, si hemos tenido buen corazón. No sobre si sabíamos mucho o si hablábamos bien.
Como glosó san Juan de la Cruz, «en el último día seremos examinados de amor». Vale la pena que esa «asignatura» la vayamos repasando con frecuencia.
2. Lucas 7,31-35
a) El episodio de los niños que invitan con su música a otros niños no se puede entender sin hacer referencia a la escena anterior, que no se ha leído en esta selección de lecturas: el pasaje en que Jesús alaba a Juan Bautista y se lamenta de que algunos, los fariseos y escribas, no le aceptan.
Por tanto, no acogen bien ni a Juan ni a Jesús. Uno es austero. El otro, come y bebe con normalidad. Pero hay siempre excusas para no dar crédito a su mensaje. Al uno le tildan de fanático. Al otro, de comilón y «amigo de pecadores». Aunque haya curado al criado del centurión y resucitado al hijo de la viuda de Naín, no le aceptan.
La comparación de los dos grupos de niños es expresiva: ni con música alegre ni con triste consiguen unos que los otros colaboren. Cuando no se quiere a una persona, se encuentran con facilidad excusas para no hacer caso de lo que nos propone.
b) Eso mismo nos puede pasar a nosotros, en pasiva y en activa.
A la comunidad cristiana -desde sus responsables últimos, el Papa o los Obispos, hasta aquella familia que vive en un piso de la misma escalera dando ejemplo de vida cristiana íntegra- se la rechaza muchas veces, desacreditándola por cualquier motivo. Hay personas siempre críticas, con mecanismos de defensa contra todo. Como decía Jesús de los fariseos, ni entran ni dejan entrar. En el fondo, lo que pasa es que resulta incómodo el testimonio de alguien y por eso se le persigue o se le ridiculiza. Es muy antiguo eso de no creer y de no aceptar lo que Cristo o su Iglesia proponen.
Pero también, por desgracia, podemos hacer lo mismo nosotros con los demás. Cuando no nos interesa aceptar un mensaje, sacamos excusas -a veces ridículas o contradictorias- para justificar de alguna manera nuestra negativa a aceptarlo. Eso puede pasar en nuestra vida de cada día, en esa sutil y complicada relación interpersonal que sucede en toda vida comunitaria: si nos invitan a fiesta, mal, y si nos sugieren duelo, peor. Podemos llegar a ser caprichosos en extremo en nuestras reacciones de cerrazón y sordera voluntaria, a veces por un instinto continuado de contradicción a lo que dicen los demás.
Ya dijo Jesús que sólo «los discípulos de la Sabiduría» entienden estas cosas, los de corazón sencillo y humilde, los que no están llenos de sí mismos.
Publicado en Uncategorized
Deja un comentario